Editorial nº1

¡Bienvenidos al número 1 de la Revista FUA!

(Sí, en la práctica es el segundo número, pero decidimos empezar por el 0)

 

A decir verdad, estamos bastante sorprendidos por la difusión y el alcance que ha logrado esta revista desde que apareció en enero de 2018. No nos podíamos imaginar que nos llegarían artículos de personas que no conocemos e incluso del otro lado del Océano Atlántico. Ni en nuestras mejores previsiones podíamos concebir que el número de colaboraciones que recibiríamos sería tan alto que nos veríamos obligados a realizar un proceso de selección de artículos (es más, esperábamos que íbamos a tener que insistir a nuestros amigos y conocidos para que escribieran textos), o que tanta gente iba a colaborar desinteresadamente en este proyecto que todavía está echando a andar. Por supuesto, aún queda mucho trabajo por hacer, pero gracias al apoyo de lectores y colaboradores seguimos llenos de ganas y entusiasmo por sacar esto adelante. Lo cierto es que estamos aprendiendo un montón sobre temas muy dispares y, como diría Juan Carlos, nos llena de orgullo y satisfacción que la idea detrás de esta revista haya sido recibida de forma tan cálida por un público tan amplio. Esperamos poder estar a la altura y que el proyecto siga creciendo poco a poco dentro de nuestras posibilidades (no hay que olvidar que hacemos esto de forma no profesional).

 

FUA nació con cuatro grandes objetivos: ofrecer divulgación de calidad, romper la barrera entre las ciencias y las letras, servir de altavoz para la mal llamada generación “millenial” y ofrecer una alternativa al debate polarizado y politizado que inunda las redes españolas. Sin caer en la autocomplacencia, pensamos que en este número hemos cumplido modestamente parte de esos objetivos. Los quince artículos provienen de distintas disciplinas y perspectivas e intentan trasladar cuestiones complejas a un lenguaje accesible para no especialistas sin perder la profundidad necesaria. La mayoría de los autores y autoras de los textos, así como el equipo de edición, tiene menos de treinta años. Y a pesar de ello, o precisamente por ello, intentan salirse de los temas habituales en la prensa y publicaciones españolas y ofrecer una perspectiva global, no tan centrada en la península ibérica o el mundo hispanohablante. Si bien es evidente que la objetividad y la neutralidad son imposibles y que todo texto lleva una carga ideológica detrás, consideramos que las opiniones plasmadas en los artículos de este número, aunque no representan necesariamente la postura oficial de la revista, están bien razonadas y argumentadas y pueden inspirar buenos debates.

 

Este primer número viene cargado de temas de interés. Nuestra generación ha crecido en un mundo globalizado e interconectado, un hecho que se ve reflejado en la temática de los artículos. Las sociedades contemporáneas están unidas por la economía, pero también se enfrentan a problemas comunes: los efectos de la tecnología, los avances médicos, el diseño de las ciudades e incluso los grupos y actores que no encajan dentro de los moldes del Estado-nación. Al mismo tiempo, el mundo globalizado es el resultado de una evolución histórica y no se puede comprender sin tener en cuenta el pasado y, del mismo modo, no se puede ignorar la forma en la que las ideas determinan la sociedad donde vivimos.

 

En el plano económico, Marcos Sánchez Muriel somete a examen el periodo económico conocido como “globalización neoliberal” (desde la segunda crisis del petróleo en 1978 hasta la crisis financiera de 2007), analizando los mitos y comparando la evolución de las economías china, bengalí y mejicana. Respecto a la tecnología, Pablo Alonso reflexiona sobre los efectos de las redes sociales en la sociedad y Àlex de Dios contextualiza el desarrollo y las limitaciones de los asistentes virtuales. En cuanto a la salud y la sanidad, Cristina Moreno nos aclara si estamos ante la muerte de la revolución antibiótica, y María del Pilar Ramírez-Díaz y Edú Ortega-Ibarra nos detallan las últimas investigaciones sobre lactancia en madres afectadas por el VIH, un asunto muy pertinente para los países en desarrollo. Como explicó Nicolás Mayenco en el número 0, la salud pública no depende únicamente de los médicos y hospitales, sino que intervienen muchos otros factores como el diseño urbano. En este sentido Paisaje Transversal, un grupo de urbanistas y arquitectos españoles, nos detallan cuáles son los principios de la innovación urbana y cómo conciben los proyectos urbanísticos en los que participan.

 

En el mundo moderno, el Estado-nación no es siempre la única forma de organización política: Pablo Paetow cuenta cómo el Estado Islámico o Daesh diseñó e implantó en Siria una serie de instituciones que aspiraban a imitar las de un Estado. Estamos tan acostumbrados a la existencia de Estados con fronteras territoriales que no solemos darnos cuenta de que los pasaportes y controles fronterizos son históricamente recientes. La migración, sea pacífica o violenta, libre o forzada, ha sido una característica de las sociedades humanas, que se han visto transformadas profundamente por la marcha o la llegada de grandes grupos de personas. José Lastra Zorrilla detalla el efecto de la llegada de misioneros y comerciantes españoles, portugueses y novohispanos al Japón de los siglos XVI y XVII, y Alejandro Salamanca nos introduce en el África Occidental de los siglos XVIII y XIX y narra los efectos en la región de las migraciones libres y forzosas (provocadas por la esclavitud), así como el papel de la religión islámica en tales procesos. Al fin y al cabo, las ideas viajan tanto o más que las personas y las mercancías, tal y como ilustra Óscar Méndez con el caso del islam y el judaísmo entre las comunidades afroamericanas de Estados Unidos, descendientes en muchos casos de los esclavos mencionados anteriormente.

 

Las ideas, ya sean estas políticas, artísticas o religiosas, influyen en la sociedad tanto como la economía o los cambios de población, y de hecho estos tres elementos están estrechamente relacionados. Carlos García cuenta cómo el arte de vanguardia de la primera mitad del siglo XX aspiró a influir políticamente en la sociedad y Adriana Colera nos explica cómo se entendía el concepto de justicia divina en varias sociedades antiguas y qué consecuencias tenía. Siguiendo esta línea, Alejandro Delgado ilustra cómo la noción de centralidad y el victimismo, dos ideas arraigadas en el imaginario colectivo chino de principios del siglo XX, determinaron la política diplomática de Mao; y finalmente Alejandro Salamanca reflexiona sobre cómo la sociedad española se percibe a sí misma y cómo el excepcionalismo y el derrotismo determinan parte de la vida pública.

 

Esperamos que disfrutéis de la lectura de este número tanto como nosotros hemos disfrutado con su preparación. Os recomendamos leerlo con calma y paciencia, saboreando los artículos sin prisa y dedicándoles la atención que merecen, pues son el fruto de medio año de trabajo.